Para la polenta:
En una olla grande a fuego medio-alto, ponga la leche, el agua y la sal hasta que hierva. Incorporar gradualmente la polenta. Reduzca el fuego a bajo, y cubra. Cocine 20 minutos, hasta obtener una crema, levantar la tapa y agitar cada 3 o 4 minutos para evitar que se pegue. Retire la olla de la estufa, agregue la pimienta y la mantequilla. Poco a poco agregar el queso.
Para el pesto:
Lave bien las hojas de albahaca y en una licuadora, agregue las hojas, los dientes de ajo, sal y pimienta al gusto, y piñones, comience a batir y comience a agregar lenta pero constantemente el aceite de oliva. Yo guardo este pesto en un frasco de vidrio en la nevera hasta por un mes.
Para los tomates:
Precaliente el horno a 350F.
En una fuente para horno, colocar los tomates, espolvorear con un poco de aceite de oliva y sazonar con sal y pimienta, cocinar por 35 a 45 minutos.
Servir la polenta en cuencos y luego cubra con los tomates y un poco de pesto.